viernes, 15 de octubre de 2010

BRAVEHEART (1995)

    Continuamos con el ciclo de Bandas Sonoras de películas épicas con una que ya se ha convertido en todo un clásico: Braveheart, compuesta por James Horner, un compositor que, cuando quiere, sabe hacer bien su trabajo, pero que es experto en cabrear al personal con sus continuos plagios y autoplagios.
    Horner es un compositor y director de orquesta estadounidense que tuvo su momento de gloria en los años 80 y 90, décadas en las que compuso partituras memorables como Star Trek II y III, El Nombre de la Rosa, Fievel y el Nuevo Mundo (Nominado al OSCAR por ella), Aliens (tambien con nominación al OSCAR y al Globo de Oro incluida), Willow (una de las más recordadas), Jumanji, Apollo XIIITitanic (su mayor éxito, constando como la banda sonora más vendida de todos los tiempos), y, más recientemente, Avatar y El nuevo Kárate Kid, por mencionar algunas. A partir de 1997, tras componer Titanic, Horner inició un lento pero progresivo declive  en calidad musical y en prestigio (las grandes superproducciones no contaban ya con él),  del que solamente saldría gracias a Troya (tímidamente) y Avatar.
    Además, Horner es uno de los compositores de BSO más criticado, ya que sus plagios están a la orden del día, es decir, que reutiliza acordes, hooks, y hasta pasajes enteros de otras bandas sonoras y canciones, sean suyas o no (http://www.youtube.com/watch?v=jQd5ueBM5Yk&NR=1). Memorable es el plagio cometido en La Máscara del Zorro, en la que se pueden oir pasajes enteros de El baile de Luis Alonso, La Malagueña y otras partituras populares españolas. También es de órdago lo hecho en Troya, cuya banda sonora es prácticamente idéntica a la partitura de Enemigo a las Puertas. Se acusa a Horner de haber plagiado hasta al mismísimo John Williams, y existe un movimiento en internet y un grupo en Facebook que lo critica por su característico "Parabará", que comparten películas como Avatar, Troya o Willow (http://www.youtube.com/watch?v=WenofzRIwZw).  
    Debates aparte, hemos de decir que Braveheart es original en su conjunto, aparte de algunos pequeños refritos fácilmente perdonables (hay rumores, no demostrados, de que el tema principal chupa de una ópera del japonés Kaoru Wada, pero más de un tema de Joe Hisaishi titulado "Asian Dream Song"). Perdonables porque agradará sobremanera a cualquier amante de la música celta, ya que impera el sonido del whistle y la gaita en la melodía y los tambores celtas en las partes rítmicas. Y es que, siendo sinceros, esta partitura es una de las pocas veces en las que James Horner ha tenido reminiscencias de genialidad. 
    Horner administra perfectamente el sonido de la orquesta y da a cada escena el timbre y cadencia necesarios para realzarla y potenciarla. Los violines brillan con una fuerza arrolladora en los temas románticos, alguna que otra vez acompañados por oboes y whistle, y con un cierto toque de sintetizedor en ocasiones. La deliciosa For a love of a princess conecta con el espectador, haciéndole partícipe del cúmulo de sensaciones que se describen en pantalla. Acusaciones de plagio aparte, este tema principal (al que magistralmente se recurre en leivmotiv) posee una gran orquestación, y la cuerda (dulce, sensual, romántica) hace que afloren, en muchos momentos, lágrimas de emoción.
    Para el resto de escenas, de acción incluidas, Horner compuso música a base de percusión en muchas ocasiones, con gaitas que suenan reivindicativas, provocadoras e incluso estremecedoras, e intercalando el whistle magistralmente en medio de los trombones y trompas (el whistle es la característica flauta celta que se escucha en toda la partitura). Ejemplos de ello son la genial Songs of Scotland, que mezcla, a bandazos, ritmos trepidantes y momentos románticos; The battle of StirlingRevenge, donde el sintetizador y las gaitas interpretan acordes ásperos más propios de una película de terror; o Making Plans, que termina con una deliciosa melodía típicamente celta interpretada por tambores, whistle y gaitas brillantes con los violines usados magistralmente como contrapunto. 
    En definitiva, y polémicas aparte, podemos decir que Braveheart combina a la perfección lo celta con la orquesta, emocionándonos con sus temas románticos y haciéndonos vibrar con sus temas de acción al ritmo de los tambores y las gaitas. Horner fue ideal para este papel celta, ya que en muchas de sus bandas sonoras había apostado por los sonidos gaélicos. No es de estrañar que luego Titanic bebiera también de lo celta, lo mismo que Avatar. Horner es un compositor que mezcla hábilmente instrumentos exóticos con la orquesta, y quedó demostrado en Braveheart. Nadie más idóneo que él para la partitura de esta película, totalmente imprescindible para los amantes de la buena música, en general, y de la celta, en particular.

ENLACES

For a love of a princess: http://www.youtube.com/watch?v=fk8323r577w




  

1 comentario:

  1. He llegado a esta publicación porque estaba viendo una película muy antigua, una comedia western de esas que ponen de relleno en un canal de televisión que se llama Bom. El caso es que en una escena hay una conversación sobre un tipo que ha muerto linchado al cual habian llegado tarde a rescatar y escucho de fondo la melodía de Braveheart. Es una película con más de cincuenta años, se llama "El regreso de la banda invencible" por si lo quiere comprobar alguien. Yo me he metido en Google para ver si la banda sonora de Braveheart era un plagio y he encontrado esta publicación, así que he decidido poner este comentario por si alguien puede confirmarlo, suena muy flojito, en segundo plano, pero es totalmente identificable

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